jueves, 16 de mayo de 2013
Actividad expresión escrita 4
UNA MUERTE INESPERADA
-¿PERO ESTO QUÉ EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEESSSSSSSSSSSSS?-. No he entrado en el metro y ya está Madrid llena de ambulancias y policía, de sirenas y de estrés. ¡Con lo que me gusta esa ciudad a veces... Y lo que la odio otras muchas más!. Menuda noche he pasado, después de estar ayer todo el día haciendo deporte, tenía los músculos tan activos, que no sé cuánto habré dormido, tal vez una hora o dos.
Mi madre siempre me dice que cuando hago deporte, me levanto por la noche y doy vueltas por la casa, que soy sonámbulo y que siempre me llevaba a la cama antes de que pudiera hacer ninguna tontería. Esta noche mis padres no estaban, se habían ido a pasar un merecido fin de semana a un balneario. Se lo regalamos mis hermanos y yo por su aniversario.
Mientras entro en el metro, me doy cuenta de que nadie se percata de mi presencia y de que incluso puedo pasar sin "picar" en los tornos del mismo porque nadie me ve, incluso parece que los tornos no saben que estoy ahí. "En fin, son las ocho de la mañana, la gente tiene mejores cosas que hacer que estar mirándome", pienso.
Llego a la vía, 15 minutos de espera, al parecer alguien se ha tirado a la vía esta noche, por eso tanta ambulancia y policía en la puerta, ya decía yo que algo bueno no podía ser. A lo lejos veo el cuerpo, destrozado por el choque de un tren, con un pijama que me resulta familiar... Parece ser, que esta vez, el sonambulismo se me fue de las manos.
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